lunes, 27 de agosto de 2012

Es ... ¡La Política!

En un debate en la televisión holandesa (década de 1970), junto con Noam Chomski (otro genio), el conductor le preguntó a Michel Foucault: ¿Por qué le interesa tanto la política ya que, de hecho, me confesó que le interesa más que la filosofía?. A continuación, la respuesta del genio:"En realidad, la filosofía nunca me importó, pero ése no es un problema. Su pregunta es: ¿Por qué me interesa tanto la política? Si pudiera responder de una forma muy sencilla, diría lo siguiente: ¿por qué no debería interesarme?
Es decir, qué ceguera, qué sordera, qué densidad de ideología debería cargar para evitar el interés por lo que probablemente sea el tema más crucial de nuestra existencia, esto es, la sociedad en la que vivimos, las relaciones económicas dentro de las que funciona y el sistema de poder que define las maneras, lo permitido y lo prohibido de nuestra conducta.

Después de todo, la esencia de nuestra vida consiste en el funcionamiento político de la sociedad en la que nos encontramos.
De modo que no puedo responder a la pregunta acerca de por qué me interesa; sólo podría responder mediante la pregunta respecto de cómo podría no interesarme (...) No estar interesado por la política es lo que constituye un problema. De modo que, en lugar de preguntarme a mí, debería preguntarle a alguien que no esté interesado por la política y entonces su pregunta tendría un fundamento sólido, y usted tendría todo el derecho de gritar enfurecido ¿Por qué no te interesa la política?"

Michel Foucault 

Bien, ¿Qué es la política?, algunas definiciones 

Intentaremos definir qué cosa es la política, esquivando la polisemia de la palabra y atendiendo sólo a su aspecto social y de relación de individuos y colectivos. En tal sentido, la política es definida en Wikipedia, por ejemplo (antes de confundirse con el análisis de las ideologías), como el proceso por el cual se legitima la fuerza coercitiva. También la encontramos  definida como la comunicación dotada de un poder, relación de fuerzas o como el arte de lo posible. En el uso cotidiano, se suele denominar política no sólo a estas relaciones de poder entre individuos y colectivos sino a los criterios, prácticas o metodologías puestas en juego (es crucial que no sean meramente declamativas sino que sean operativas y socializadas), en gobiernos y organizaciones privadas (empresas, consorcios y hasta clubes deportivos) o públicas.

La RAE, proporciona algunas definiciones de política que, aunque desordenadas y descategorizadas, tienen un poco más de contenido: es el "Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados" o el "Arte o traza con que se conduce un asunto o se emplean los medios para alcanzar un fin determinado", las "Orientaciones o directrices que rigen la actuación de una persona o entidad en un asunto o campo determinado" y, entre otras menos doctrinarias, la "Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo".

Párrafo aparte, quiero poner en crisis la definición de política como "el arte de lo posible": Este cliché tan usado no dice nada, en lo absoluto. La politica, indudablemente está al servicio de intereses y está subordinada a la ideología así que pregunto: ¿Política para qué, para qué interés? ¿Quién define qué es lo posible y qué no? Y, por último: ¿Cómo puede haber un "arte" de "lo posible" si el arte es cuestinamiento?. La frase es oscura, avara y restrictiva. Una idiotez muy difundida.

Personalmente, defino a la politíca como el proceso, la forma, el sentido y el objetivo por el cual los individuos y colectivos se relacionan en función de sus intereses e ideologías, con la mira puesta en la búsqueda, la administración o la conservación del poder o de un resultado específico, económico, social, deportivo, cultural o de cualquier otro tipo.

La "Política" y "las políticas".

En el posgrado del Profap, en la materia Análisis Político tuve a Cristina Díaz, una docente excepcional que nos enseñó la diferencia que existe entre la "Política": las relaciones de poder y la comunicación entre los diversos colectivos, y "las políticas": conjunto de formas y canales por los cuales se viabilizan los procesos de gestión. En el idioma Inglés la diferencia es tal vez más clara, la primera es "The Politic" y las segundas son "The policies".

Una confusión muy frecuente en la evaluación de las metodologías:

Como especialista en Gestión Pública me interesa demostrar una falacia muy difundida, sobre todo en las izquierdas parlamentarias, respecto de cómo se conciben las herramientas de gestión: Como expresiones representativas sólo de la Política imperante. Según cierta gente, casualmente bastante ignorante en Ciencia Política, toda herramienta representa una Política. Para refutar esto me basta con citar al proceso denominado "Planeamiento", el que es y ha sido usado tanto por las empresas, como por los gobiernos de derecha y de izquierda como una forma de tomar decisiones y estructurar procesos. En realidad, la confusión de estas personas parte de no tener claramente diferenciados los conceptos de política y de ideología. La ideología es la estructura de ideas que determina la política, pero se encuentra en un nivel superior a ella. En el caso particular del planeamiento, como el de otras herramientas de gestión, una parte más indiferenciada de "lo ideológico" determina esos procesos: Lo racional, el conocimiento de las ciencias de base aplicables a diferentes objetivos, la información respecto de la situación y la determinación de los recursos necesarios, estructuran un proceso transparente de acciones secuenciales o simultáneas necesarias para la obtención de los objetivos planteados, cuantificados y temporizados en Metas. La parte de la ideología que determina la Política está en otro Locus de esa estructura, en esa parte que contiene las definiciones de la justicia y de la igualdad.

La antipolítica y el "que se vayan todos".

Cuando la Argentina en 2001 evolucionaba hacia el colapso total producto de la convertibilidad, (una "política", con minúscula, derivada del Monetarismo y aplicado en un contexto neoliberal) y luego de agudizarse mediante un "corralito", mucha gente salió a la calle a reclamar el "Que se vayan todos", como suprema expresión de la antipolítica que se había agudizado después del fracaso del gatopardismo del gobierno de Alfonsín (1983-'89) y que estaba sólidamente enmarcada en la Crisis de representación. Disculpen que insista con esta calificación de error que le adjudico al "Que se vayan todos": Si se van "todos", ¿Quién queda? Un dictador militar, un monarca, un gobierno teocrático". Cualquiera de las opciones es inaceptable. No había que exigir que se vayan todos, teníamos que meternos todos. Algo así pasó y las cosas mejoraron dramáticamente.



La realidad social cambia permanentemente pero existen pocos agentes de cambio: La acción de los agentes no antrópicos (la "naturaleza") y los factores antrópicos, la actividad humana producto de la cultura, la ciencia y la tecnología. Pero estos factores antrópicos siempre actúan a través de, mediados por, la política.

Muchas personas, aunque su proporción ha ido disminuyendo en mi país, expresan casi con orgullo su apoliticidad, su ignorancia (la ignorancia es desprecio). Ni por asomo lo son: La apoliticidad en quienes la expresan tan fervientemente es un camuflaje. En realidad, quieren decir que están totalmente conformes con el orden de las cosas. O lo que es lo mismo: Son politicamente conservadores. Vienen a cuento aquí las palabras de
Bertolt Brech: "El peor analfabeto es el analfabeto político.El no oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos.El no sabe que el costo de vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas.El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política.No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales."






 

Esteban Cámara

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