lunes, 19 de noviembre de 2012

Cosa de chico


Ganar el clásico es bueno
Ayudar a mandarte al descenso: mejor.
Hacerte rabiar y llorar como lo que sos, un chico: mucho mejor.
Que hayas querido suspender el partido de puro amargado y no hayas podido: ¡NO TIENE PRECIO!

Uno de los muchos fantasmitas del descenso que me siguió desde la cancha hasta mi casa.




Otra cosa, ¡cuántos claros en la tribuna y en la platea visitante!
Bueno, después de todo se trata de la hinchada que amenazó con armas de juego a sus jugadores para que pierdan un partido o que se borró cuando su equipo jugaba una promoción para no descender a la B metropolitana y del club que cortó la luz para suspender un partido que iba perdiendo y que no le quiso pagar un sueldo decente a un jugador ídolo de la hinchada. No hay suerte que dure para siempre, el tiempo pone todo en su lugar.


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