martes, 2 de abril de 2013

Operacion Peter Pan

Cuba, fines de 1961

Cuenta Gladys Miranda Bravo, una vecina de una playa cercana a La Habana: "...estábamos una tarde en nuestra casa, ubicada en Guanabo, disfrutando de la playa al mediodía cuando llegó una vecina muy alarmada y nos dijo que se estaban llevando a los niños, que los camiones ya estaban en la portería que dividía Boca Ciega y Alturas de Boca Ciega, que el barco ruso que venía a recogerlos ya había atracado en la Bahía de La Habana para llevarlos y devolverlos hechos latas de carne".

Esa era la propaganda del imperio yanqui en contra de la revolución cubana. Empezaron a bombardear a la población con que la revolución les iba a quitar los hijos y se los llevarían a la Unión Soviética. Lo de las latas de carne no convenció a aquellas familias de clase media de que todo era un invento intencionado.

Llegaron hasta a falsificar un decreto bajo la firma del Presidente Cubano Humberto Dorticós, quien por esos momentos no pudo haberlo firmado por estar en esos momentos de viaje por europa oriental.

En un programa de una emisora en español de Miami, dirigida hacia Cuba, se llegó a decir: "¡Atención Cubanos! Recuerda (sic) cómo días atrás en esta 'hora de la liberación' (así se llamaba el programa), te hehos dicho muchas de las leyes que más tarde fueron puestas en vigor por el gobierno, como por ejemplo la reforma urbana, te lo dijimos que ellos la iban a hacer y la hicieron: Ahora te anunciamos la próxima ley: ¡Te quitarán a tu propio hijo entre los 5 y los 18 años, te lo quitarán para adoctribarlo y cuando te lo devuelvan estará convertido en una fiera materialista, y así Fidel Castro se convertirá en la madre suprema de Cuba. ¡No te dejes quitar a tu hijo! ¡Atención Cubanos! ¡Ve a la iglesia y sigue las orientaciones del clero!".
 
La iglesia católica yanqui y las jerarquías eclesiales cubanas secundaron la iniciativa delirante. Agencias varias del gobierno yanqui, no sólo la CIA, promovieron y financiaron la campaña para que los aterrorizados chorlitos mandaran a sus hijos a Estados Unidos. Para ello no trepidaron en mecanismos sorprendentes para EEUU, siempre tan restrictivo en el ingreso de extranjeros: Viajaban sin Visa, sin boleto, con asientos asegurados (había un cupo de asientos reservados en distintas aerolíneas, entre ellas la holandesa KLM), sin acompañamiento adulto. Algunos eran niños pequeños, de 5 años. Incluso hubo casos de bebés que fueron dejados por sus madres, tal vez creyendo en un futuro mejor. No fue así, poco después, unilateralmente, EEUU cerró el acceso a su territorio a los cubanos, incluso a los padres de estos niños.

Los pobres niños cubanos, arrancados del seno de su pueblo por la estupidez de sus padres, fueron a parar a internados y campamentos de altísimo descuido. Los testimonios son desgarrantes, sufrieron abusos en manos de sacerdotes, pasaron hambre, les fue negado hasta el contacto telefónico con sus familias. Hubo jóvenes que se suicidaron. Los más pequeños fueron dados en adopción. Los mayores frecuentemente terminaron alojados en correccionales juveniles, rodeados por otros jóvenes como ellos, pero delincuentes. Todo ello a cargo del autodenominado 'país de la libertad y la democracia'

Por supuesto, los niños de familias ricas fueron protegidos y amparados por sus familiares en Miami. El sufrimiento, fue sólo para los niños de clase media.

Voy a contarles un sólo ejemplo:  "Faustino Amaral, de 6 años fue adoptado por una familia de Albuquerque, Nuevo México, donde comenzó su cotidiana tortura. Su padre adoptivo era policía, la madre ama de casa y tenían otros dos hijos. Cuando uno de los hijos de la pareja hacía algo incorrecto, los golpes eran para Faustino y luego lo ponían a comer con el perro, con quien tenía que disputarse la alimentación. Faustino relata que de lo que le enviaban desde Cuba sólo recibió una tarjeta de la Virgen María, pues el dinera la pareja se quedaba con él".

Los hermanitos frecuentemente eran separados, en un convento las monjas permitían a las niñas bañarse solo una vez a la semana y las castigaban si lloraban al leer una carta llegada de Cuba. Muchas veces eran castigadas por las niñas yanquis ante la pasividad e incluso el hostigamiento de las propias monjas yanquis.

Muchos recordamos el acongojante y reciente caso de Elian, secuestrado por su madre y llevado a EEUU. Luego del fallecimiento de su progenitora hubo una batalla legal tremenda entre EEUU y el padre del inocente niño de seis años. Finalmente tuvieron que entregarlo y hoy, Elian Gonlez, es un miliciano cubano, orgulloso defensor de la revolución.
Pero en aquellos años, hubo otros 14.000 Elianes afectados por los planes insensatos y criminales del gobierno de los Estados Unidos.

Este tipo de cosas, sumado al inhumano e indefendible bloqueo, nos lleva a sospechar que, mucho más allá de su proclamada defensa de la democracia y los derechos humanos, EEUU sólo busca causarle dolor al pueblo cubano.




Fuente: "Operación Peter Pan: Un caso de guerra psicológica contra Cuba", de Ramón Torreiro Crespo y José Buajasán, Marrawi, Editora Política, abril de 2000. 


Esteban Cámara

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